El control de los esfínteres es importante pero debe comenzar a realizarse hacia los 3 años de edad. Sus hijos/as son más capaces de entender y saber diferenciar, a esta edad, cuando tienen ganas de hacer “pipi” o “caca”.
Si se insiste mucho o se les regaña cuando no saben bien aún puede traer problemas como que lo eviten y se estriñan, que se enfaden y se sientan mal por no poder aguantar. Los problemas generados durante la adquisición de estos hábitos puede que se prolonguen durante varios años.
Sus hijos/as, al principio, le avisarán en falso o varias veces en poco tiempo pero hágale siempre caso, ayúdele, acompáñelo y felicítelo. Por la mañana, la tarde, la noche y antes del baño diario, ponga al niño en la bacinilla (orinal) y acompáñelo. De esta manera su hijo/a se irá habituando a dar de cuerpo a determinadas horas. Cuando sea más grande irá al baño acompañado y luego sólo. |
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