Un bebé que sonríe, que está contento, activo, es muestra de que está sano y es feliz. Cuando observe a su hijo/a decaído/a, triste, que llora o está “penoso/a” sin gran motivo, es el momento de llevarlo a su pediatra para ver que le ocurre.
El humor o “estado de ánimo” es mejor que sea positivo desde que se es bebé.
Así se consigue que el niño pequeño disfrute de las nuevas experiencias y de sus avances personales que a su vez le serán muy útiles para enfrentar con optimismo las cosas que realiza a medida que crece. |
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